Acoso Escolar
El acoso escolar es un fenómeno muy extendido que, por fin, ha dado la cara. Lo que durante años se consideró ¿cosas de niños?, hoy por hoy sabemos que se trata de un auténtico problema para la sociedad.
Los datos sobre las situaciones de acoso en el ámbito escolar no han parado de crecer en los últimos años. Según la ONG Bullying Without Borders, España es un de los países con más bullying escolar. Entre 2020 y 2021 se registraron en nuestro país 11 229 situaciones graves de acoso en el ámbito educativo y cyberbullying .
¿Qué ha cambiado en el acoso escolar?
Si consultas con personas de tu entorno que sean de generaciones anteriores a la tuya, seguramente puedan hablarte de casos de este tipo de acoso. Y, posiblemente, tú también viviste episodios en el colegio o el instituto, aunque no fueras la víctima.
Lo que ahora conocemos como bullying escolar ha existido siempre, pero han cambiado tanto las formas de llevarlo a cabo como su intensidad.
Hace unas décadas, los episodios de este tipo solían consistir en insultos y burlas a la víctima. Ahora, las conductas son más graves. A esos insultos y burlas hay que sumarle las agresiones físicas que, en los casos más extremos, pueden llegar a ser también agresiones de carácter sexual.
En la actualidad, el niño o joven no se libra del acoso cuando se va a casa. Las nuevas tecnologías llevan el bullying a un nuevo nivel y le dan todavía más difusión. Las víctimas son acosadas a través de sus redes sociales o de su teléfono. De hecho, no es extraño que al acoso se sumen otras personas que no conocen de nada a quien están machacando.
¿Por qué se ha producido este cambio?
Psicólogos, sociólogos y pedagogos han intentado buscar explicaciones y han llegado a la conclusión de que no hay una única razón que explique lo que está pasando.
Hay menos comunicación entre los profesores y los alumnos
Con clases llenas de niños o adolescentes y un horario de trabajo que apenas deja tiempo para nada que no sea dar clase, los profesores se relacionan menos a nivel personal con sus alumnos.
Esto está provocando que la detección de la situación de acoso sea todavía más complicada . El profesor no dispone del tiempo suficiente para evaluar la conducta de ciertos alumnos y analizar si puede estar pasando algo. Y los alumnos no confían en el profesor, por lo que no suelen buscar su ayuda.
Así se genera un caldo de cultivo en el que los acosadores saben que pueden actuar impunemente, porque la víctima tiene muy pocas posibilidades de defensa.
La pandemia
No te sorprenderá saber que los expertos creen que la pandemia también es en parte responsable del incremento de los casos de acoso escolar.
Al decretarse el confinamiento, los menores tuvieron que seguir el curso online y la supervisión de los padres sobre el uso de Internet disminuyó. Esto ha permitido a muchos niños y jóvenes acceder a un entorno en el que el anonimato y la falta de control les facilitan acosar a otros sin temor a las consecuencias.
Los nuevos modelos de crianza
La forma de criar a los hijos hoy en día no tiene nada que ver con la de hace unas décadas, y esto tiene su parte buena y su parte mala.
Desafortunadamente, madres y padres tienen dificultades para conciliar, y no pueden pasar con sus hijos todo el tiempo que desearían. En aras de compensar esa ausencia, muchos caen en el error de no aplicar la debida disciplina.
Los niños crecen sin un referente con respecto a la autoridad y el respeto hacia los demás. Acostumbrados, en muchos casos, a que se les conceda todo lo que piden con tal de que no molesten. El resultado son niños y jóvenes con poca o nula resistencia a la frustración.
Cuanto menos resiste una persona a la frustración, más posibilidades existen de que acabe actuando de forma incorrecta con aquellos que no se pliegan a sus deseos. En ocasiones, mostrará un carácter déspota y, en casos graves, puede llegar a ser violenta.
El efecto rebaño en el bullying escolar
Otro factor que ha contribuido al incremento del acoso en los colegios y los institutos es el hecho de que el acosador cuente con el apoyo de sus compañeros.
En el acoso, tal y como se entendía hace unos años, un pequeño grupo de chicos acosaban a otro. Ahora, gran parte de la clase participa en las burlas, y esto es lo que se conoce como efecto rebaño.
Muchos niños no estarán de acuerdo con lo que está pasando su compañero, y quizá no participan en las burlas y las vejaciones. Pero consienten lo que pasa cada vez que no intervienen para ayudar, o no denuncian ante un adulto lo que está pasando.
Lo que es todavía peor, se sabe que muchos niños y adolescentes no actúan para ayudar a víctimas de acoso por miedo a convertirse ellos mismos en el siguiente objeto de los actos violentos.
Este fenómeno tiene dos consecuencias. Por un lado, anima al acosador o acosadores principales a seguir actuando, porque se sienten respaldados. Por otro lado, genera una sensación de impunidad que hace que el acoso se intensifique.
Además, para la víctima es especialmente doloroso el sentirse abandonado y no contar con el apoyo de sus semejantes.
¿Cómo se puede evitar el acoso en las aulas?
La palabra clave es la prevención, pero no basta con ella. Para que el entorno escolar se convierta en un lugar seguro para los niños y niñas, necesitamos que toda la comunidad se implique. Esto incluye a alumnos, profesores, responsables del centro educativo y, por supuesto, a los padres de los niños o jóvenes.
Anular el efecto rebaño
Si acabamos con ese efecto rebaño que veíamos antes, estaremos dejando al acosador en situación de desventaja. Para ello, hay que explicarles a los estudiantes que no deben consentir conductas violentas ni hacia sí mismos ni hacia otros.
Lo que buscamos es dejar al acosador o acosadores aislados. Que se den cuenta de que lo que hacen ya no los convierte en el centro de atención, sino que es algo que sus compañeros repudian.
Esto solo podemos conseguirlo trabajando con los estudiantes a través de charlas y actividades que les ayuden a comprender lo grave que es no hacer nada cuando otro está siendo acosado. Si liquidamos el efecto rebaño, convertimos a los niños en los mejores guardianes frente al bullying.
Desarrollar la confianza entre padres e hijos
Los padres siempre son un referente para sus hijos. Cuando un niño tiene un problema, o una duda importante, seguramente la consultará antes con su madre o su padre que con un tercero. Pero esto no sucederá si no hay confianza.
Aunque el tiempo en el que padres e hijos pueden estar juntos sea limitado, hay que aprovecharlo al máximo. Hablar es la puerta que da acceso a la confianza, y hay que hablar de todo, de cosas importantes y de las que no lo son.
Si el niño sabe que está en un ambiente seguro y que puede hablar con sus padres de cualquier cosa, seguramente acabará hablando con estos de sus problemas en el colegio o de si ha visto a compañeros abusar de otro.
Dar ejemplo
El adulto debe ser más que una figura de autoridad para niños y jóvenes, debe ser un líder. Convertirse en un modelo a seguir.
Igual que no podemos exigirles a los niños que lean si en casa nadie lee, tampoco podemos pedirles que traten con respeto a otros si nosotros no lo hacemos. Padres, profesores y todos los adultos que rodean a los menores deben tratar al resto con amabilidad y respeto.
Los niños, de forma inconsciente, asimilarán este comportamiento y lo aplicarán con los demás, sean adultos u otros niños.
Abrir el círculo social de los niños
Una buena forma de luchar contra el acoso escolar es abrir el círculo social de los niños, enseñarles que hay otras personas más allá de los muros de colegio o de la comunidad de vecinos.
Si dejamos que los niños se expresen y hagan cosas que les gustan, se mezclarán con chicos y chicas de otros ambientes. Esto les ayudará a ganar a autoestima, a generar confianza con otras personas. Así evitamos que un niño se pueda convertir en una víctima silenciosa de bullying, pero también que se pueda convertir en un acosador.
En definitiva, debemos trabajar:
- La autoestima de los niños.
- La confianza entre padres e hijos.
- La comunicación a todos los niveles.
- La empatía hacia otros.
Productos para evitar el acoso escolar
Las nuevas tecnologías han agravado el problema del acoso, pero también pueden ser nuestras aliadas para luchar contra él. ¿Crees que tu hijo o hija está siendo acosado? Una grabadora oculta puede ser una buena opción en tu caso.
La pones en la mochila o en su abrigo sin que él o ella se entere y el dispositivo se encargará de captar lo que pasa alrededor del menor. Tiene una gran autonomía y puedes descargar los audios en tu ordenador. Así comprobarás si el niño está teniendo algún problema.
Contra el acoso escolar toda precaución es poca. Por suerte, la concienciación de la sociedad y las nuevas tecnologías nos pueden ayudar a erradicar esta lacra social y proteger a nuestros niños y adolescentes.
Si tu hijo, hija o un conocido esa sufriendo el acoso escolar contacta con cámaras espías y te asesoraremos para que puedas detectarlo y solucionarlo cuanto antes con consejos y nuestros productos: